¿Aprender jugando? (Parte II)

¿Aprender jugando? (Parte II)

Siguiendo con las recomendaciones del libro Jugar y aprender de Dorothy Einon y tras la primera parte, nos centramos en esta segunda parte en el juego enfocado a los años preescolares.

¿Y qué pasa cuando de repente ya no es un bebé…? Casi sin darnos cuenta nuestro hijo ha crecido, pasa a ser más comunicativo y, de repente, se da cuenta de que los adultos constituimos una fuente de conocimiento. Empieza la etapa de las preguntas y de los sempiternos ¿por qués?

En esta etapa, el niño empieza a mostrarse más sociable con los otros niños, le encantan los cuentos y hablan sin parar, mientras juegan inventando sus propios mundos.

En la etapa preescolar, el juego se basará sobre todo en:

El lenguaje: que refleja la manera en que el niño ve el mundo. Se trata de combinar juego y lenguaje, así que las rimas, las canciones y los cuentos juegan un papel importante. Pronto empezará a retener las historias que le cuentas y a recrearlas reviviendo ese cuento en su mundo ficticio.

La simulación: Los niños comienzan a simular cuando empiezan a hablar y les encanta experimentar con ideas pensamientos y emociones. Simularán ser coches, animales, mamás o papás y este tipo de juegos constituirá una buen forma de estimular la imaginación.

Construcción: Gracias a ella, el niño asimilará intuitivamente muchos principios elementales de la ciencia y las matemáticas; ya que, por ejemplo, percibirá que los objetos redondos ruedan; aprenden a clasificar por formas; apilará objetos o aprenderá a unir y ensamblar piezas pequeñas para lograr un nuevo objeto.

A partir de los 3 años podemos empezar a introducir poco a poco conceptos numéricos. A los niños les encanta jugar agrupando por color forma o tamaño, formando así parejas. Muchos utensilios de la casa pueden servirnos para practicar este tipo de juegos, ya sean vasos, platos, calcetines de distintos colores..

También en torno a los 3 o 4 años resulta un buen momento para introducir los puzles: el niño tiene que buscar la pieza adecuada y su orientación correcta, lo que estimula su concentración y mejora las habilidades espaciales. Si les gusta este tipo de juegos se pasarán horas y horas haciendo y deshaciendo el mismo puzle.

También, en estos años preescolares es bueno comenzar con el hábito de la lectura. Si en vuestra casa tenéis el hábito de leer o hermanos mayores que lo hagan, no será difícil ver cómo el niño con 3 ó 4 años coge un libro y narra su propia historia a través de las imágenes. Muchos veces enseñamos a nuestros hijos sus primeras palabras a través de los libros, enseñándoles un objeto y repitiendo su nombre. Familiarizarse con las letras le será de una gran ayuda a la hora del comienzo de la lectura.


Está claro que no hay dos niños iguales:
los hay silenciosos, ruidosos, tranquilos, inquietos, y cada uno van mostrando su interés por determinados tipos de juego y observándoles podremos ir descubriendo muchos aspectos de su personalidad.

En resumen, el juego resulta fundamental para el desarrollo físico y mental de los niños. Conviene dejar que ellos mismos exploren y aprendan jugando, además de estimularles con los juegos adecuados para cada etapa y de acuerdo con la personalidad y el temperamento de los niños.

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