¿Comes fibra?

¿Comes fibra?

Como sabéis hay dos temas actualmente de los que se habla mucho en lo que concierne a nuestra salud: uno, los riesgos asociados a un consumo excesivo de azúcar; hasta el punto de que ya se habla de la adicción al azúcar como de un nuevo tabaquismo. Y, por otro, la importancia fundamental que juega la flora intestinal –las bacterias, vamos- en el buen funcionamiento de nuestra inmunología.

Uno de los mejores autores que escribe sobre estos temas es el periodista Ed Yong, de quien no suelo perderme ninguno de sus artículos. Recientemente, pude leer uno de sus textos en la revista The Atlantic que me resultó muy interesante, sobre todo por lo práctico que era. Incidía en la importancia de consumir diariamente una buena cantidad de alimentos con fibra para garantizar el buen estado de la flora intestinal. El autor se ampara en un estudio reciente llevado a cabo con ratones por investigadores de la Universidad de Stanford y que viene a probar que la fibra “no nos alimenta solo a nosotros, sino también a los microbios que nos conforman”. De hecho, se ha demostrado que aquellas culturas –como podrían ser el caso de algunos pueblos tribales que viven en la selva- que se alimentan de una rica variedad de verduras y frutas crudas gozan de una flora intestinal más variada que la nuestra.

¿De qué manera afecta esto a nuestra salud? Aún no lo sabemos con exactitud. Los microbios nos ayudan a digerir la comida y potencian nuestro sistema inmunológico. Además, los médicos cada vez más practican trasplantes fecales para combatir algunos tipos de diarrea. Aunque la ciencia de lo que se denomina como microbioma todavía se encuentra en su inicio, sus resultados pueden ser prometedores.

Pero a nivel práctico, yo creo que debemos quedarnos con unas pocas ideas. Sobre todo, que existe una estrecha relación entre la calidad de nuestra flora intestinal y nuestra dieta. Hay que comer más cereales integrales y un abundante variedad de verduras y frutas. Así, un buen ejemplo de desayuno, incluiría leche semi o desnatada, avena y otros cereales integrales, frutos del bosque y plátano. Por supuesto, mejor panes y pastas integrales que refinadas. Conviene evitar azúcares y el exceso de grasas. Todo ello contribuirá a mejorar el estado de nuestro microbioma intestinal y con ello el de nuestra salud en general.

La verdad es que con pequeños pasos –como llevar una dieta más sana- se puede mejorar mucho nuestro estado de bienestar general, ¿no os parece?