La autoestima

La autoestima

¿Qué es la autoestima? De acuerdo con la Wikipedia podemos definirlo como el conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos. En resumen, sería la percepción evaluativa que hacemos de nosotros mismos, la valoración que tenemos de nosotros mismos y es en la infancia donde tenemos que poner los cimientos y empezar a trabajar la autoestima con los niños en todos los campos -afectivo, físico, familiar, académico…- para conseguir que el niño se acepte tal y como es y que sea consciente de sus limitaciones.

Si nos ceñimos a la infancia, es importante que como padres o educadores sepamos reconocer la valía de su esfuerzo al margen de los resultados obtenidos. Si un niño se ha esforzado en una competición deportiva o ante un examen y el resultado no ha sido bueno hay que saber sacar lo positivo y reconocer ese esfuerzo, sin tampoco negarles la realidad. La idea clave es que el niño sepa que la clave, más que el éxito o el fracaso stricto sensu, es el esfuerzo.

Conseguir una buena autoestima ayudará a tener más seguridad, confianza y esto repercutirá positivamente en el logro de sus metas. Si tenemos poca autoestima, constantemente nos vamos poniendo barreras que nos impiden seguir creciendo y enfrentarnos a nuevos retos.

Todos hemos vivido situaciones en las que las cosas no han salido como hubiéramos querido o nos hemos enfrentado a algún tipo de fracaso en los distintos ámbitos de nuestra vida. A los niños también les pasa ya desde pequeños, sobre todo en el colegio, en la aceptación de sus compañeros, en los trabajos escolares, en competiciones deportivas. Ya desde pequeños viven sus pequeños éxitos y fracasos, pero todo depende de cómo vivan esas pequeñas derrotas. Hay que enseñarles que la vida es un continuo aprendizaje y que los padres tenemos que permitir que los hijos se equivoquen.

Los padres, con el ejemplo, jugamos un papel clave en la educación de nuestros hijos. El niño aprende a expresar sus emociones muchas veces por imitación de sus padres. Si ante una situación de estrés, los padres reaccionan gritando, perdiendo los nervios no se pueden extrañar de que su hijo reaccionen del mismo modo ante pequeñas situaciones complicadas que le surjan en su día a día. Por eso, es bueno trabajar con los niños las emociones desde bien pequeños y reforzarles la autoestima para que se quieran y se acepten como son.

¿Cómo podemos trabajar con ellos la autoestima?

1) Reforzando la confianza en sí mismo, que se sientan orgullosos de sus logros que son debidos a su esfuerzo y que sepan asumir sus errores, aprender de ellos y solucionarlos. Es importante que el niño vea que todos cometemos errores, que todos nos equivocamos y que vaya aprendiendo de ellos.

2)Evitando las comparaciones. Esto lejos de ayudarles les desmotiva mucho mas. He podido comprobar que son muchas veces los padres los más competitivos, queriendo que sus hijos sean los primeros en todos y fomentándoles paradójicamente lo opuesto: la desmotivación.

3) Por supuesto, hay que evitar ridiculizarles ante un comportamiento ya sea en casa o en público.

4) Y finalmente, no debemos confundir el fomento de la autoestima con un exceso de elogios. ¿Quién no ha conocido alguna vez a los típicos padres que sólo elogian y elogian a sus hijos y te los presentan como el número uno en todo? El sentido de la medida y del equilibrio, ciñéndonos sobre todo al elogio del esfuerzo y de las buenas actitudes, unido al afecto y la confianza, son los que deben presidir una buena educación familiar.